EL NIÑO TUVO QUE CRECER

Hace ya cuatro años, mi hijo mayor, tuvo que decidir, escuchó los sucesos, en los que participó la  familia, como un hijo debe hacerlo, creyó en las promesas de su padre e hizo lo que se le pidió, convenció a mamá de regresar, porque pensó, que era lo mejor para la familia.

Todos cumplimos las promesas, todos entramos a terapia, buscamos ayuda, cambiamos todo lo que se nos pidió, hasta dejar el deporte, pero las cosas no cambiaron, al contrario, fueron de mal en peor.

Hace un año, después de un terrible episodio, decidí que ya no más, dejé la comodidad por mi bienestar, hablé con él y dolorosamente reconoció que había sido engañado.

Pasó a ser un elemento importante de nuestra recuperación, tomó una decisión, mantuvo su cabeza erguida y sostuvo con valentía lo que ahora su corazón le dijo que era lo correcto.

Pero está teniendo que pagar por ello, fué abandonado totalmente, emocional y económicamente, le han cobrado día a día el precio. A la fecha, dejaron de pagar por sus estudios, le quitaron su carro, lo castigaron con dejarlo solo y aparte, ha recibido las peores críticas porque ya no se dejó convencer.

A mas de un año de lucha, trabaja y estudia, acepto la oportunidad que alguien le brindó, dejó la comodidad por la necesidad, pero sigue íntegro, defendiendo lo justo.

Su mayor temor era su hermano pequeño, como haría para ayudarlo a crecer libre de todo el drama que lo rodeó a él, y sin pensarlo encontró la mejor manera, ser el ejemplo.

Patricio dijo ayer, cuando sea grande, quiero ser como mi hermano.

Gracias Andy, por ser esa fuerza que nos sostiene, porque dejaste de ser niño...y tuviste que crecer.